Libra: El poder de la confianza

Libra: El poder de la confianza

Como buen Libra, Alberto experimentó una situación guiada por nuevas y excitantes experiencias, de la mano de su mejor aliada, la confianza.

Esta semana #HigoVerde es tu pasarela, así que, querido Libra, lúcete como tú solo sabes.

Los adjetivos nuevo y exótico van unidos fuertemente al séptimo signo zodiacal de nuestra lista.

Características sexuales de los Libra.

Si hablamos de probar cosas nuevas, el signo de libra destaca fuertemente por encima de todos los del horóscopo. Son personas abiertas a nuevas experiencias, buscando en igual medida tanto su satisfacción como la de su pareja.

Son amantes delicados, buscan complacer en todo momento a la persona que tienen al lado. Por encima de todo valoran las caricias, besos y juegos de cortejo, pero que una cara bonita e inocente no te engañe, aunque son muy románticos les apasiona el sexo salvaje.

Se sienten atraídos por practicar sexo en lugares públicos o en sitios donde alguien les pueda pillar en plena acción, protagonizando situaciones llenas de adrenalina y sorpresas.

Aunque a priori pueda parecer el compañero o la compañera perfecta, debes saber que si las cosas no salen como ellos quieren, es mejor no cruzárselos durante al menos un mes. Están convencidos de que son los guardianes del orden universal. No son muy fans de las sorpresas, en cuanto a lo que el corazón se refiere, cualquiera que haya osado romper sus esperanzas acabará en la lista negra y lo más probable, seguramente ignorado durante un siglo.

Si después de todo, quieres conquistar a este maravilloso signo, te aconsejamos que le propongas planes inusuales y sorpresas sexuales divertidas, llenas de lubricante, juegos y lugares con encanto.

Sin más dilación damos paso al libra de esta semana…. ¡Alberto!

Desde que soy pequeño siempre he pensado que la confianza es algo que debe ganarse, por ese mismo motivo es por lo que me costó tanto reconocer que me podría gustar esa situación. Soy un chico normal de 24 años, vivo en Madrid y la verdad que gracias a él logré descubrir una faceta sobre mí que no sabía que existía.

Actualmente, estudio el último año de arquitectura, la verdad que es una carrera que no me inspira mucho, pero por motivos personales me veo obligado a terminarla. Además, saco muy buenas notas, lo que no me impide salir de vez en cuando.

Si pusiésemos en una coctelera estudios, vacaciones, risas, sexo y pacer, saldría claramente mi amigo Lucas, un chaval un año mayor que yo. Lo conocí el año que empecé la carrera, es mi mejor amigo, y por qué no decirlo, mi compañero de aventuras y ligues, al final siempre terminábamos con las mismas chicas o al menos amigas del mismo grupo.

Mi amigo y yo siempre hemos estado muy unidos, somos bastante diferentes físicamente, ya que él es rubio y yo moreno, ambos con un cuerpo normal. Compartimos muchas aficiones y hacemos bastantes actividades en común, entre ellas, deporte. Aunque tenemos amigos diferentes porque él estudia TAFAD siempre terminábamos uno en el grupo del otro.

A mí me gustaba mucho el fútbol, deporte que él odiaba. Por lo que salíamos a correr por una senda cercana a casa, pero como no me gustaba mucho, decidimos practicar un deporte que nos gustase a los dos. Tras deliberar durante un rato decimos apuntarnos a natación.

Cuando acabábamos las clases íbamos juntos a la piscina, sobre las cuatro de la tarde, por lo que no había muchas personas en el gimnasio y las pocas que había se iban a trabajar. Al final siempre terminábamos haciendo deporte solos.

Cuando acabábamos la sesión nos dirigíamos hacia los vestuarios para ducharnos y arreglarnos. La verdad que nos habíamos cambiado juntos muchas veces, no era una situación nueva, por lo que cuando terminábamos cogíamos nuestras cosas y nos íbamos a casa. Lucas se duchaba siempre enfrente de mí, por lo que tranquilamente mientras nos enjabonábamos hablábamos de todo.

La situación del párrafo anterior se repetía todos los días. Poco a poco, sin ser consciente, me di cuenta que cada día que pasaba esperaba ese momento con más ansia. No es que me pusiese mucho, pero verlo con su cuerpo mojado, me daba cada vez más tentación, disfrutaba cada momento que pasaba a su lado, no quería que terminase.

Mi cabeza no conseguía descifrar la situación, en mi vida me había atraído ningún chico, es más, como jugador de fútbol me he duchado muchas veces con otros compañeros de equipo y gente desconocida en el gimnasio y nunca había sentido nada.

La situación de ver a Lucas desnudo era cada vez más placentera, aunque me costó mucho reconocerlo, me di cuenta que igual me estaba empezando a asentir atraído por él.

Esa noche me levanté sudando, estaba teniendo un sueño erótico en el que constantemente aparecía la imagen de Lucas desnudo y mojado, hasta el punto que me levanté y fui al baño a lavarme la cara. En ese trayecto mi amigo abrió la puerta de su habitación y con una luz tenue comenzamos a hablar, claramente pudo ver que llevaba puesto únicamente un calzoncillo blanco que marcaba todo mi deseo.

En ese momento me preguntó si me gustaría ver una película con él, a lo que yo respondí que sí, pero que antes tenía que ir al baño a refrescarme. Cuando entré en la habitación estaba tocándose por debajo del bóxer mientras veía una película XXX, me dijo que me sentase a su lado y comenzó a hablarme:

  • ¿Has visto que chica tan guapa?.
  • ¿Qué haces tío… Enserio?.
  • No sé me apetecía, siéntate.
  • ¿Alguna vez te has planteado hacer un trío?.
  • No sé. Por qué no…

En ese momento me senté a su lado y comenzamos a tocarnos. Pasado un rato, cruzo su brazo hacia mi pene y comenzó a masajearlo. Yo seguí sus instrucciones y le hice lo mismo.

Seguimos aumentando el ritmo hasta que de un salto se incorporó y comenzó a practicarme sexo oral, yo le devolví el impulso, le di la vuelta y comencé a realizarse un beso negro, el gemía de placer.

Finalmente, seguimos aumentando el ritmo y el sexo oral cada vez era más salvaje, hasta que sin aguantarme más me vine encima de él. Lucas seguía masturbándose, por lo que yo me incorporé y le levante las piernas introduciéndole un dedo mientras terminó con un gemido lleno de placer.

Como buen Libra, Alberto experimentó una situación guiada por nuevas y excitantes experiencias, de la mano de su mejor aliada, la confianza.

¡Pide al universo que en vez de la lotería te toque Libra!

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