Acuario: De vuelta a los veinte

Acuario: De vuelta a los veinte

Querido Acuario, te damos la bienvenida a la lista de #HigoVerde.

Si has conseguido que un acuario se fije en ti, enhorabuena, prepárate para una aventura sexual inigualable.

Características sexuales de los Acuario

Se trata de un signo que prioriza mucho el cumplimiento de determinados estándares, como es el caso de la fusión entre la inteligencia y la belleza. Se sienten atraídos por personalidades que tienen alta autoestima, que estén seguros de sí mismos y que les hagan disfrutar de buenos momentos. Son personas que necesitan su espacio, por tanto, no les agobies o te dirán adiós para siempre.

Es muy creativo, por tanto, agradecen plenamente el uso de juguetes o invenciones sexuales que les hagan vivir una experiencia plena. Además, no tienen ningún tipo de tabú, por lo tanto, cualquier proposición es bien recibida.

No son personas posesivas y tienen la mente muy abierta, les gusta tener sexo con amigos, conocidos y personas con las que las circunstancias les permitan abrirse al máximo sin ningún tipo de reparo.

Son muy juguetones, por eso, aman el cortejo, les gusta sentirse deseados y sin duda saben cómo potenciarlo. Suelen excitarse relativamente rápido, sobre todo si la persona que tienen al lado es original.

¿Quieres conocer al Acuario de esta semana?… ¡Damos paso a Carmen!

El pasado fin de semana pude visitar de nuevo mi playa favorita. Tengo 32 años, soy de un pueblo de Castilla la Mancha y como cada verano visito Caños de Meca, sin duda, una de las mejores playas del mundo.

El día estaba transcurriendo sin ninguna novedad: un paseo por la playa, un par de chapuzones en el mar y un buen rato tomando el sol para conseguir ese moreno que tanto me cuesta coger en verano.

Sobre las seis de la tarde decidí acercarme al chiringuito de enfrente de la playa para disfrutar de un refrescante mojito, así que subí las escaleras que conducen hasta la ubicación. Fue allí cuando aparecieron un grupo de amigos más jóvenes que yo, tendrían unos 20 años, eran cinco chicos y cuatro chicas. Ellos iban vestidos con un bañador y una camiseta y ellas llevaban un pareo. Uno de ellos se me quedó mirando, a lo que yo respondí con una media sonrisa y me dirigí hacia el bar.

Caminaban bastante lentos, pedí el mojito para llevar y todavía no habían llegado a la playa, pusieron sus cosas a mi lado.

Me dirigí al mar, no podía dejar de mirar al chico que me había hecho match con su mirada, la verdad que estaba muy bien para la edad que tenía. En una de las veces que le estaba mirando se dio cuenta y con toda la vergüenza del mundo hice lo que se supone que es un intento de disimulo. De repente una voz sonó muy cerca de mi oído:

  • Perdona, vienes a la playa a verme o a bañarte.
  • Yo muy segura de mi misma, le respondí, vengo a bañarme me has pillado mirándote sin ninguna intención.

El giró su cabeza y me sonrió de manera pícara mientras se mordía el labio. El espacio que había entre él y yo era insuficiente para que no pudiese notar debajo del agua las ganas que tenía de seguir hablando conmigo. Mi excitación era tan grande que necesitaba aliviarme.

Yo, muy decidida, me levanté y me dirigí hacia un baño portátil que había a escasos 20 metros. No lo dudé, era la mejor opción para poderme tocar a gusto. El baño de chicas era el mismo que el de chicos, estaban todos vacíos por lo que entré en el primero que encontré, cerré por dentro, me bajé el bikini y comencé a masturbarme con las manos muy lubricadas. Mi pensamiento era ese chico, movía los dedos en varias direcciones, el placer era muy intenso, los gemidos que salían de mi boca eran muy exagerados.

Estaba sola en los baños, hasta que de repente, una voz me dijo:

  • ¿Perdona está ocupado?
  • No ves que sí.

No entendía porque no me dejaban tranquila, si había muchos más para elegir, cuando de repente una voz un poco conocida se dirigió hacia mí:

  • Déjame que te ayude.

Decidida abrí la puerta, era el veinteañero con un bañador minúsculo en el que era imposible ocultar las ganas de ese encuentro, por lo que de un empujón lo puse contra la puerta y volví a cerrar con pestillo.

Con su mano derecha me acarició el abdomen, suavemente. Lo hizo un par de veces, provocando que mi respiración se acelerara. Fue bajando poco a poco hasta llegar a mis zonas erógenas donde comenzó a ejercer presión. Me puso encima del retrete e inclinado comenzó a realizarme sexo oral, sacó la lengua rozando cada una de mis terminaciones nerviosas, yo sin poder evitarlo, gemía cada vez más fuerte.

Muy segura de mí misma le pedí que se subiese él, y comencé a practicarle sexo oral, él de un salto, bajó del baño y comenzó a tocarme mientras me susurraba al oído, de un grito consiguió llevarme al éxtasis. Me arrodille y comencé a tocarle, cuando estaba a punto de llegar al clímax le introduje dos dedos e inevitablemente consiguió alcanzar un momento de placer pleno.

Cuando terminamos nos intercambiamos los teléfonos y aunque hemos quedado en un par de ocasiones, ninguna es comparable con la primera experiencia.

Muy bien Carmen como buen Acuario, conseguiste vivir una experiencia única gracias a la seguridad que te define.

¡Pide al universo que te conceda los requisitos para pasar el casting de acuario!

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